Érase una vez un niño llamado Arturo, que hoy cumple cinco añitos. Lo había celebrado en el cole con sus compañeros y su seño, que le había preparado una mini fiesta y una corona cumpleañera.
A la salida del colegio le esperaba su mamá, que quería darle una gran sorpresa llevándolo a un sitio que a Arturo le hace mucha ilusión.
Tras un largo paseo Arturo y su mamá aparecieron en la puerta de Animals Park, un precioso zoo.
Juntos estuvieron visitando poco a poco todos los animales del parque, los delfines juguetones, las focas marinas, las jirafas gigantonas, los loros y sus actuaciones...
Arturo y su mamá se montaron en un trenecito que cruzaba el río del zoo para ver los animales que les quedaban, estos ya no les hacían tanta gracia, les causaban miedo: arañas, culebras, tigres...
Terminando la visita, vieron a varios trabajadores del parque de animales que corrían hacia una jaula que estaba casi delante de ellos. Arturo tenía mucha intriga por saber qué era y qué estaba pasando. Le costó convencer a su mamá pero al final fueron, allí estaba un mono recién nacido, su mamá lo había traído al mundo.
Los trabajadores del parque les dijeron si querían pasar a verlo de cerca; al pasar allí adentro, la mamá mona se acercó rápidamente a la mamá de Arturo y le quitó el bolso rojo que llevaba colgando del brazo.
Ella apenas se dio cuenta del tirón, fue Arturo quien dijo:
¡Mira mamá, no quería tu bolso, quería el chupete de Marcos!
Al parecer fue eso, que la mamá mona vio en el bolso de la mamá de Arturo el chupete de su hijo pequeño y lo quería para su hijito recién nacido.
Fue ponérselo y dejar de llorar. Por lo menos les hemos servido de ayuda decía la mamá de Arturo.
Sí dijo Arturo, el final es lo que más me ha gustado de toda la visita.
¡ Gracias mamá!
Y colorín, colorado este cuento ha acabado.
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